Llevando en la muñeca este reloj de bella factura, hay que mirar más allá de la marca y apreciar el reloj para comprender lo que realmente representa. Frederique Constant se fundó en 1988, un año relativamente reciente, y ha recorrido un largo camino en ese tiempo en comparación con otras marcas históricas suizas.

Frederique Constant tiene relojes propios con los que otras grandes marcas sólo ahora intentan competir.

Cuando se compara este reloj con otros de calidad y estilo similares, el valor para los verdaderos amantes de los relojes es evidente. El Frederique Constant Worldtimer es en sí mismo un reloj precioso, con un aspecto y unas características que satisfacen las necesidades de quienes buscan un reloj Worldtimer. El Frederique Constant Worldtimer es un punto de encuentro entre el atractivo emocional y el racional.

Accionado por el atractivo y de fabricación propia Frederique Constant FC-71. Movimiento automático que puede verse a través del fondo del reloj.

El reloj mundial tiene un bisel interno con 24 ciudades del mundo, cada una de las cuales representa un huso horario diferente. Junto a él hay una aguja de 24 horas que da una vuelta completa al día. A medida que pasa el tiempo, la manecilla gira. El punto en el que el anillo de 24 horas se alinea con el huso horario muestra la hora del día en otra ciudad.